MORADO.
El morado es el encuentro de dos colores diametralmente opuestos tanto por su significado fisiológico como por el psicológico. La fuerza penetrante y activa del rojo es amortiguada por la calma satisfactoria del azul. Por lo tanto el estímulo se muestra ambiguo. Se puede pensar en el morado como una balanza de precisión donde un plato mide el efecto sedante del azul en el parasimpático, y el otro plato mide cada oscilación del rojo y su acción emocionante. Básicamente, el morado muestra conciencia.
Desde un punto de vista psicológico, el color lila expresa la delicadeza, la sensibilidad estética y el pensamiento mágico. La sexualidad (rojo) se apaga y se transforma a través del azul en seducción, en dimensión estética. El morado representa la transición entre los dos colores opuestos azul y rojo y el logro de la armonía de estos dos produce lo que N. Cusano llama "coincidentia oppositorum" y el nivel más elevado corresponde a la intuición mística. También Levy-Bruhl, en sus estudios antropológicos sobre las religiones tribales, pudo constatar que el morado es el color de la identificación mágica y de la participación mística.
La forma del morado es la de un rombo (aspectos penetrantes del rojo) por los lados redondeados (aspectos regresivos y acogedores del azul) que se distingue por su armonía y por su equilibrio.
El morado en el neuromarketing evoca misterio, espiritualidad, vanidad, fantasía, magia, sabiduría, moda, éxito y lujo, y por este motivo se utiliza en el sector de la cosmética, sobre todo de los perfumes y de la moda (en general femenina), en el sector lúdico, en el sector eclesiástico, en el sector de la infancia y la comunicación.
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